Pasar por heterosexual
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Foto tomada por Snapwire
Los transexuales en Estados Unidos usan el término “passing” o “pasar” para referirse a una mujer transexual que la sociedad no mas con verla identifica como una mujer biológica o cisgénero. Para los gais podríamos hablar del mismo concepto, un hombre o mujer gay que en sociedad parezca heterosexual.
Los homosexuales tenemos varias pistas para saber si un hombre es heterosexual, bisexual, gay o como algunos prefieren llamarlos “heteroflexible” definición casi siempre usada para aquellos bisexuales que no se consideran así pese a tener sexo con hombres y viven su vida con novia, o incluso esposa e hijos, entre esas pistas tenemos el movimiento de manos, la forma de caminar, de vestirse, incluso hasta el peinado y más que todo la forma de hablar, el tono de voz o el seseo característico de muchos gais.
Entre mi pequeño grupo de amigos podría contar con varios tipos de homosexuales, uno de ellos es un hombre que se reconoce como pasivo, pero es un hombre varonil, ni su forma de caminar ni de hablar lo pone en duda, aunque eso sí, nunca oculta su preferencia, otro de ellos que se considera activo también “pasa” por heterosexual, pero es un caso más curioso, aprendió a comportarse como “hombre” desde muy joven andando entre grupos de amigos heterosexuales, se podría decir que a veces parece un gamín (con todo el temor que tengo de usar esa palabra), tengo otro par de amigos que fueron travestis cuando eran más jóvenes, es muy divertido andar con ellos, nunca se molestan porque sean tratados con términos de mujer, y su trato hacia los amigos cambia de adjetivos según el tipo de conversación que tengan.
Entre mis amigos ex travestis ocurre algo muy interesante: ambos son hombres bastante atractivos, por eso sus levantes en redes sociales nunca escasean, y es ahí dónde cambian su forma de ser, los he visto enviando audios por Whatsapp, engrosan la voz, usan palabras de “nea” frases como: “bien o no parcero” “que hay para dañar pues” Se acostumbraron a levantar manes fingiendo una varonilidad que ni se asoma cuando uno los conoce en persona.
¿Qué tan importante es para un homosexual fingir ser varonil para aumentar su éxito en Grindr? Yo siempre he sido muy consciente de mi voz, cuando después de enviar un audio alguien me dice que le encanta la voz mi marica interno ríe con incredulidad, entre varias cosas que “delatan” mi preferencia sexual esta mi voz, ha sido así desde que fui adolescente e incluso desde mucho antes, desde que recuerdo, en el desespero de la adolescencia y cansado por la humillación publica recuerdo que rezaba por un día amanecer siendo varonil, gracias al destino esa etapa la superé.
¿Cuál reacción toman sus levantes cuando los conocen en personas y se dan cuenta que la voz de locutor era una falacia digital? Quizás los que buscan sexo casual no se desaniman, pienso que para no perder los pasajes o la desvestida continúan con lo que empezaron. Pero ¿Y los que buscan una relación más seria? Creo que se desaniman al ver que la interacción entre su futuro esposo y ellos comenzó con una mentira.
¿Qué tan importante es para un hombre homosexual o mujer lesbiana fingir ser heterosexual en sociedad? Es innegable que estamos en una sociedad machista, en este país del Sagrado Corazón aún hay gente que habla sobre “matar” los maricas, en los grupos de compraventas en Facebook uno puede ver lo mejor de los colombianos (cuando se unen para ayudar al prójimo) y lo peor (cuando la conversación habla sobre temas LGBT, matrimonio igualitario, adopción por parejas gay) uno no sabe que termina siendo peor para un hombre como Alejandro Ordoñez, el ex procurador corrupto que ha sido reconocido por sus posiciones basadas en la doctrina católica, apostólica y romana en contra de los derechos de las minorías entre ellos el colectivo LGBTI. Un hombre gay afeminado va en contra de lo que los conservadores quieren en Colombia, aquel que se vista con camisa de flores merece ir al infierno y ni hablar de demostraciones de afecto en público entre parejas distintas a mujer y hombre, esa derecha colombiana sabe que existimos, sólo que nos prefieren en lo más recóndito del clóset dónde no interrumpamos la familia basada en Jesús, José y María. Creo yo que debe ser peor para las mujeres, una mujer lesbiana que no centre su vida en estar bajo el dominio de un hombre, que no considere su éxito en tener hijos, o quizás piense en adoptar con su pareja es la afrenta mayor, y es ahí justo donde me pregunto sobre el “passing”. Hace algunos meses la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a la República de Perú porque durante varios años, cientos de mujeres lesbianas fueron violadas buscando “curarlas” de su homosexualidad y los agentes de policía no les prestaron protección, los mismos agentes decían que tenían que ser curadas y que mejor que un hombre que les enseñara a ser mujeres.
¿Cuantos hombres fingen ser heterosexuales porque trabajan en la Policía o el ejército? ¿Cuántos actores de televisión o futbolistas homosexuales viven su vida con un secreto a voces para no afectar su carrera? Considero que salir del clóset es una decisión muy personal, a nadie lo deben sacar a la fuerza, pero también creo que uno andar por la vida preocupado que si el caminado es muy “quebrado” o si se le sale la marica interna al ver pasar un hombre hermoso es una vida muy estresante. Es hora de que confíenos en nuestras capacidades, si creen que van a ser despedidos si sale a luz que es homosexual ese lugar de trabajo no le conviene, si considera que sus amigos le dejarían de hablar al darse cuenta que prefiere morder almohadas, está muy mal de amigos.
Cada quien elige como torturarse pero la felicidad nunca está en lo que los demás piensan de nosotros sino en cómo nos sentimos respecto de nuestro cuerpo y nuestra mente.