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No me puedo enamorar de un hombre tan vergón


Foto tomada de Attitude Magazine

DIOS.MIO.BENDITO fue mi primer pensamiento cuando recibí la foto-verga. No había estado tan conmocionado desde que Betty regresó triunfante a Eco-Moda y eso ya es mucho decir. Piensen en un desodorante… en aerosol. No podía evitar mostrarle ese hermoso miembro a todos mis amigos y conocidos, y todos quedaban igual de impresionados que yo.

Justo hasta antes de conocernos tenía una mezcla de sentimientos, miedo, excitación, ansiedad, pavor, pero bueno, quizás la foto solo tenía un buen ángulo y no había nada de qué preocuparme. Después de vernos en un bar cerca a su apartamento, regresamos por un par de tragos en un ambiente más íntimo, éramos muy compatibles, el tipo era demasiado perfecto para mí. Justo antes de perder totalmente los estribos me confesó: “Yo no soy pasivo, no me gusta” Le pregunté el porqué y me dijo que lo había intentado cuando tenía 17 años y no le gustó.

Primero que todo: ¿lo intentó una vez y decidió que no le gustaba? Eso es como el alcoholismo, requiere compromiso, paciencia y trabajo en equipo, ser pasivo es un gusto adquirido. Es como dice la biblia: si sale con un hombre que no da culo porque le duele, no está saliendo con un hombre sino con una loca. Irónico también que parecía no darse cuenta de cómo me iba a doler ser penetrado por un extintor multiusos. Seguimos jugando, cuando lo sacó del pantalón tuve un ataque cardiaco, vi mi vida pasar por mis ojos, lo toqué con temor un par de veces, pero era un pene mucho más grande que lo que se veía en fotos. No sabía qué hacer con él, había olvidado como excitar un hombre, ese pene me dejó boquiabierto, a la deriva. Decir que un hombre es demasiado vergón es una blasfemia en nuestro mundo. Es como decir, tiene demasiado dinero, es demasiado amplio. ¿Qué tan grande? No cabía en la boca, por lo tanto fue el peor sexo oral que he dado en mi vida. Sobra decir que ni intentamos la penetración, la verdad no quería quedar expulsando mi páncreas con cada estornudo. Como hombres gay tuvimos una muy buena química, atracción física e intelectual, era un hombre muy interesante.

“No me puedo enamorar de alguien que tiene la verga tan grande” le confesé a un amigo íntimo. Sé que suena como si a un niño hambriento le dijeran que puede comer lo que quiere y luego diga que prefiere seguir aguantando hambre, pero esa verga no me la puedo llevar en el maletín y comérmela sola en la casa. Podría seguir saliendo con él y quizás intentar que fuera pasivo para mí, pero sus necesidades de activo quedarían insatisfechas. Quizás podría ser pasivo para él, claro después de gastarme la mitad de la quincena en popper y la otra mitad en lubricante, tanto que fuera suficiente para ahogar a una prostituta, pero nadie asegura que lograr que el pene me entre completo me haga disfrutarlo. “Entre más grande mejor” seria el refrán preferido por cada marica del planeta, pero en este caso no es así, ese pene era tan grande que bloqueaba el camino del futuro juntos.

Artículo traducido por Fabián Cardona para Revista Machio. Tomado de Attitute Magazine.


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