Lo LGBT dentro de las películas animadas de Disney
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Foto tomada de Japan Times
Lo hemos decidido, Frozen es una película muy LGBTI. Elsa escondiendo sus poderes podría ser interpretado como una metáfora del closet, la canción ganadora del Oscar “Libre soy” tiene una letra similar a salir del closet, y el personaje evoca la pregunta si la homosexualidad es una decisión al preguntarse si Elsa “nació con ello o fue maldecida”. Algunos liberales alaban el filme por el subtexto, otros conservadores lo denunciaron.
Pero lo más llamativo del mensaje LGBTI en la película es lo sutil que es frente al tema. A través de sus prácticas corporativas y de su contenido, Disney por décadas ha implementado la mal llamada “agenda gay”, que digamos, ha hecho el mundo un lugar con más aceptación hacia nosotros. Empecemos en lo más obvio, sus negocios, Disney ha tenido una actitud progresista hacia las personas LGBT. Los desfiles del orgullo gay fueron permitidos en Disney World desde 1991 y la compañía permitió que sus empleados gay cobijaran a sus compañeros con seguridad social desde 1995.
En La Bella y La Bestia, encontramos una película con una alegoría interesante: alejado de la sociedad, con su cuerpo transformado y su vida desapareciendo como la rosa encantada, la Bestia es una figura que mostró el SIDA como enfermedad degenerativa, ya que Howard Ashman un compositor que murió por la enfermedad estuvo dentro del desarrollo del proyecto. El amor de Bella y el rompimiento de la maldición es la fantasía que Ashman nunca logró.
Ariel, la sirenita, quería ser parte de otro mundo, Bella era una muchacha graciosa pero distinta al resto de los demás, Pocahontas no quiere ser firme como un bastón. Esto marca los personajes de Disney como extraños, inusuales y queer.
Encontramos referencias también dentro de películas clásicas, Dumbo recibía burlas de sus compañeros, pero luego sale del closet, expande sus orejas y aprende a volar. Pinocho refleja la ansiedad lgbt ya que no sabe como “actuar como un niño de verdad” y piensa que exagerando su masculinidad al fumar un cigarrillo, diciendo groserías y haciendo maldades podrá ganarse el amor de su padre.
También tenemos el hecho de que los personajes de Disney rechazan el matrimonio tradicional, Ariel quiere casarse con un humano, yendo en contra de los deseos de su padre. Bella rechaza a Gastón frente a todo el pueblo, Jazmín se niega a casarse con el recomendado por su padre, Pocahontas no se quiere casar con el guerrero de su tribu y Mulán rechaza a la casamentera tradicional. De esta manera, y aunque Disney ofrece un final feliz dentro de un matrimonio heterosexual, la travesía para llegar a ese final usualmente incluye rechazo hacia los designios de los padres y las expectativas sociales, ejercer el derecho a casarse con quien quiera es una muestra clara de la lucha para el matrimonio igualitario.
Muchos filmes de Disney incluyen un deseo imposible, por ejemplo para Ariel casarse con Eric tenía que convertirse en humana. Para Bella estar con la Bestia tenía que acabar la maldición y convertirse en humano o para Aladdin casarse con Jazmín tenía que convertirse en príncipe, Pocahontas debía que abandonar a su gente para poder estar con John Smith.
El género hace parte de la interpretación en las películas Disney, por ejemplo Úrsula tuvo un show drag para mostrarle a Ariel como usar su cuerpo para atraer al príncipe, y su magia no solo le da piernas sino también presuntamente un órgano sexual, ya que la sirenita sale del mar completamente desnuda y se debe cubrir. También se usa el género de manera divertida, por ejemplo el genio de la lámpara en Aladdin se convierte en distintos personajes, mujeres incluso y usa ropa de hombre y mujer durante varias escenas de la película, de hecho el romance entre Aladdin y Jazmín se desarrolla mucho menos que la amistad entre él y el genio de la lámpara, tanto que su decisión de liberar al genio se convierte en el clímax de la película. En Mulán, la protagonista se disfraza de hombre. Los soldados se disfrazan más tarde como mujeres para poder entrar de incognito al palacio, de esta manera vemos como mujeres pretenden ser hombres y hombres pretenden ser mujeres, una alegoría al concepto de género. La canción de Mulán “Mi reflejo” es un himno para los niños que nacen en el género incorrecto “No puedo continuar esta gran falsedad, cuando en mi reflejo yo me veré en verdad ” dice la letra, incluso se insinúa que el capitán que termina siendo el esposo de Mulán se enamoró de ella mientras pensaba que Mulán era un hombre.
En el libro The Queer Child, Kathryn Bond argumenta que ser queer no es únicamente sobre ser homosexual, sino también crecer de una manera distinta a los demás niños, Disney muestra este concepto con la nariz de Pinocho, las orejas desproporcionadas de Dumbo o el cabello de Rapunzel, en el mismo libro se habla de un crecimiento retardado de los niños lgbti, como lo vemos con Peter Pan y Mowgly del Libro de la Selva que quieren permanecer en su tierra para no crecer, o como las personas que son objetos dentro del castillo de la Bestia no envejecen mientras la maldición no sea rota, Quasimodo y Rapunzel fueron recluidos en sus torres privándolos de la socialización adulta. Encontramos también el “crecimiento por animales” en donde las mascotas reflejan los sentimientos ocultos de sus dueños, vemos Bambi o el Rey León, o Pepe Grillo que refleja la conciencia de Pinocho, la mascota de Ariel refleja su alegría o tristeza e incluso las mascotas de los villanos como la lora de Jafar en Aladdin.
Aunque Disney se ha encargado de ser tradicional y subversivo, presentado historias de princesas dentro de universo heteronormativo para una audiencia global también sutilmente ha tenido en cuenta los niños LGBTI. A través de finales felices convencionales, las películas de Disney han logrado mostrarles a los niños del mundo que no hay nada malo en ser distinto.
Traducido por Fabián Cardona para Revista Machio. Tomado de The Atlantic. https://www.theatlantic.com/entertainment/archive/2014/04/its-not-just-frozen-disney-has-always-been-subtly-pro-gay/361060/?utm_source=atlfb