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La doblemoral de nuestros amigos


Hoy les quiero mostrar un paralelo, la vida de dos de mis amigos más cercanos, uno de ellos, Marcos es un hombre que ronda los 50 años, es profesional especialista, un hombre que cree en el amor gay monógamo, mientas que Álvaro, quién ya está rodeando los 40 años y quien también es profesional especialista pero con una vida sexual muy distinta a Marcos y una forma de ver las relaciones románticas diametralmente opuesta. Hablemos de Marcos, aunque lo considero un amigo, tengo poco tiempo de conocerlo, entre 2 o 3 años, he escuchado sus historias sobre sus amantes del pasado, y tuve la oportunidad de conocer a dos de los novios que ha tenido desde que nos conocemos. El pasto siempre es más verde en el patio del vecino y desde mi perspectiva he notado algunas inconsistencias con las personas que ha salido y la clase de hombre que él dice querer encontrar. Marcos es un hombre que vive dentro del heteronormativismo, tiene ciertas actitudes, digamos que mas varoniles, camina como si fuera un gatillero de closet y su vestimenta dista mucho del estilo homosexual prevalente, ha expresado su deseo de tener hijos, y ha dejado claro que quiere tener un novio varonil, con quien ir a jugar fútbol o billar, un hombre trabajador, honesto, maduro mentalmente, porque obvio muere por los muchachos jóvenes, tiene una visión muy idealizada del amor, y ha concebido sus relaciones como monógamas… Pero ahí aparece el contraste, conocí dos novios que ha tenido, uno de ellos fue un hombre joven de aproximadamente 25 años, con una vida sexual muy promiscua y liberal, es tanto que el día que Marcos lo conoció ese primer ex novio estaba con su pareja de ese momento, lo llevo a la casa y regreso para que durmieran juntos, tuvieron sexo y a los 3 días ya eran novios, fue una relación catastrófica porque las infidelidades fueron frecuentes y percibibles y Marcos se notaba bastante enamorado, con tanto drama, duraron poco más de doce meses, luego de eso, conoció un mesero en un bar quién además tenía pareja, Marcos nuevamente se lanzo a una relación con una persona que no podía ofrecerle una estabilidad emocional simliar al nivel de compromiso que estaba entregando. Como muchos de nosotros, Marcos ha pagado por sexo varias veces, le gustan los jóvenes, entre mas machitos mejor, y muchos de esos muchachos solo son gay cuando les ofrecen la cantidad apropiada de dinero, reconozco que no es muy frecuente en él pero sí lo ha hecho varias veces, y como la mayoría de nosotros, también ha tenido sexo con personas desconocidas que ha encontrado en los bares gay, es decir que ha tenido una vida sexual tan variada como la mayoría de maricas que uno conoce.

Álvaro es un hombre distinto, ha tenido relaciones estables muy largas, quizás una de las más relevantes, fue con un muchacho con el que experimentaron la fidelidad emocional y la libertad sexual, ambos asistían a saunas gay y muchas veces experimentaron sexo por fuera de la relación, con tríos o simplemente relaciones esporádicas con terceros, también Álvaro ha usado los servicios de prepagos, es algo de lo que no se avergüenza y habla abiertamente, es casi una guía, nos muestra sus conquistas, nos dice cuales prepago se ganan bien el pago y a quienes hay que huirle, no es egoísta, usa Grindr y también encuentra sexo en grupos de Facebook, Álvaro ha tenido una vida sexual muy parecida al promedio de nosotros, y por eso decidí escribir este artículo.

Es muy interesante ver el contraste entre ellos, he notado como Marcos muchas veces mira con desdén las conversaciones que tenemos con Álvaro, varias veces le ha dicho que porque tiene una vida así, que porque no se dedica a conseguirse un novio y serle fiel, que es muy peligrosa esa vida de descontrol sexual y que deja mucho que decir que un hombre de la edad de Álvaro siga actuando como un adolescente arrecho que lo quiere hundir en donde se lo permitan.

La doble moral de Marcos es excepcional, ataca de esa manera irracional a nuestro amigo, olvidando que todos conocemos como ha sido su vida sexual, que como a todos, muchas veces le ha ganado la arrechera y se ha ido a acostar con hombres que no han encuadrado dentro de su prototipo, y que también ha amanecido en algún cuarto de hotel con un hombre del que escasamente recuerda su nombre, lo más curioso, es como sigue sacando pecho cuando habla de su calmada vida sexual, como sus ojos se iluminan cuando cree tener una superioridad moral frente a nosotros, que hemos hecho lo mismo que él pero somos más frenteros en aceptarlo, el hecho de que viva una sexualidad diferente a nosotros no lo hace superior, si mucho distinto, y eso que de palabras, porque como buenos amigos lo conocemos y sabemos hasta donde ha llegado, así él decida deliberadamente esconder esa parte de su vida.

Al final lo único que me queda es pensar que si tengo que elegir entre ellos dos, prefiero a Álvaro, con sus conquistas, sus polvos, sus redes sociales y sus conversaciones picantes, mientras que Marcos puede guardar su doble moral fingida ya sabemos dónde. Lo que necesita Marcos es un nuevo grupo de amigos, uno que no le conozca el pasado y le puedan creer las mentiras que insiste decirse y decirle a las personas con las que se reúne, eso le daría mas felicidad porque al final se sentiría como la guía moral del grupo.


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La idea de la revista Machio nació como una inquietud que teníamos Andres y yo, dos hombres
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